La nutrición tiene dos factores que la ayudan a funcionar de una mejor manera y uno de ellos es la bio-individualidad, que se basa en tener en cuenta que cada persona es única, con sus distintas necesidades, su biotipo corporal, tolerancia digestiva, condiciones de salud, gustos y estilos de vida.
Muchas veces nos preguntamos, ¿por qué esa persona come tanto y no engorda?, ¿por qué todos pueden disfrutar de esta comida y a mí me cae tan mal?, ¿por qué me siento pesada o con sueño después de comer?,¿Como a esa persona le puede gustar esa comida cuando a mí me parece asquerosa?
Hay un dicho que es muy cierto: “El alimento de una persona es el veneno de otra”.
Respetar tus necesidades individuales al momento de alimentarte es la clave para obtener resultados y para eso debes convertirte, al menos por un tiempo, en una detective de tu alimentación y poner atención a cómo te sientes.
¿Tienes identificados los alimentos que te hacen sentir bien y con los que puedes mantener un peso saludable?
Bueno, si aún no lo tienes claro y necesitas un punto de partida, voy a nombrar algunos principios que son comunes para la mayoría de las tendencias de alimentación, biotipos corporales y tolerancia digestiva. Pero ten en cuenta que, teniendo estos principios como base, igual debes ser siempre una detective y estar atenta a las señales de tu cuerpo.
Aquí van algunas de esas “bases”:
- Las plantas (frutas, verduras, granos, cereales, semillas y frutos secos) deben ser los protagonistas de tus comidas siempre. Estos aportan la fibra, antioxidantes, polifenoles, y la mayor parte de las vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita. Si aún los estás ocupando como “acompañamientos” de tus platos, haz el cambio y transfórmalos en los protagonistas.
- Elimina o reduce lo más posible los alimentos procesados: los ingredientes escondidos, espesantes, preservantes, colorantes, sabores artificiales y azúcares escondidas en estos alimentos son los que muchas veces causan la mayor parte de los problemas.
- Si consumes proteína animal y/o pescados, tienes que empezar a prestar atención a la calidad y procedencia. Escoge orgánico siempre que puedas para asegurarte que no contengan antibióticos, hormonas y otros químicos. En el caso de las carnes rojas, escoge siempre “grass-fed” o alimentadas de pasto para evitar exceso de grasas inflamatorias, en el caso de los pescados opta siempre por las versiones silvestres y no de criadero.
- Grasas: prefiere grasas saludables como palta, aceite de oliva, aceite de coco y ghee orgánico (con moderación). Tus aceites deben ser idealmente prensados en frío, extra vírgenes y no refinados. Evita aceites vegetales (canola, maravilla, etc) y grasas trans a toda costa ya que son muy inflamatorias.
- Evita el “multi snacking” o “picoteo permanente”. En general el exceso de snacks desregula tus hormonas, sobre exige tu digestión y aumenta la ingesta calórica. Tu cuerpo necesita horas de ayuno para detoxificar, digerir y utilizar la energía de las comidas previas. Comer muy seguido es un hábito moderno que en la mayoría de las personas, está de sobra.
Con buenas bases luego es más fácil ir puliendo y escogiendo los alimentos que más te favorecen y en las cantidades adecuadas para tu biotipo corporal. Empieza por los alimentos que estés más familiarizada y luego anda incorporando alimentos nuevos de a uno por uno y ve cómo te hacen sentir y cómo los toleras.
Si te das cuenta que hay muchos alimentos saludables que no toleras o que te hacen sentir mal, es momento de indagar e ir a buscar a qué se puede deber, como por ejemplo, posibles sensibilidades alimentarias, desbalances en tu digestión (disbiosis bacterianas), alergias, alteraciones hormonales que hay que regular, stress, entre otros factores. No tolerar muchos alimentos saludables como frutas, verduras, legumbres o granos no es lo “normal” y no debería ser la causa de que no los consumas, o que prefieras empaquetados, procesados o alimentos nutricionalmente más pobres, por sobre ellos. Esa es una señal de alerta, una bandera roja que tu cuerpo te está levantando para que vayas a sanar la causa real del problema.
La buena noticia es que, la mayoría de las veces, no es necesario llegar a eso.
Tanto por mi experiencia personal, mi experiencia con mis hijos y con las mujeres que he podido guiar durante los últimos años, me atrevo hoy a decir que la mayoría de las personas pueden resolver muchos de sus problemas y cumplir sus objetivos de peso y bienestar, sólo volviendo a lo básico, limpiando la dieta, eliminando lo que sobra y adoptando mejores hábitos de alimentación de manera más constante y sustentable en el tiempo.
Milena.
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