Tuve muchas dudas al postear esta receta porque un “blog saludable”, generalmente, no tiene recetas con alcohol. Pero uno de mis objetivos con todo lo que hago es ser lo más real y sincera posible, así que… aquí está.
Creo que el tema “alcohol en una vida saludable” da para mucho y merece otro post exclusivamente enfocado en eso, que prometo tener aquí muy pronto. Pero quiero contarte, en términos generales, mi manera de abordar este tema, dejando muy claro que esto es solo mi opinión personal. Para mí, la individualidad de cada persona es siempre lo que manda, tanto en la alimentación como en todo tipo de hábitos.
Yo creo que cualquier cosa que ponemos en nuestro plato (o vaso) debe ser consciente y debe traer algún tipo de beneficio a nuestras vidas. Y cuando hablo de beneficios en la alimentación, mi enfoque es siempre holístico. Es decir, no me enfoco solo en las vitaminas, minerales y antioxidantes, sino también en beneficios emocionales y sociales que algún tipo de alimento puede traer a nuestra salud y bienestar.
Aunque nunca he sido una persona muy “tomadora” y actualmente el único tipo de alcohol que consumo ocasionalmente es vino, sí pasé por épocas donde utilicé otros tipos de alcohol para evadir mis problemas y pensamientos, o para tener más personalidad. Creo que en esa instancia mi relación con el alcohol estuvo muy lejos de ser consciente y, claramente, no estaba trayendo ningún beneficio, sino todo lo contrario. Hoy soy muy consciente de cuándo y por qué tomo. Si lo estoy haciendo por angustia o ansiedad, trato de ir a la causa y usar otras herramientas para aliviar el problema y solucionarlo de raíz. De hecho, hoy sé que en esos momentos de bajón, tomar alcohol es lo peor que puedo hacer y simplemente lo evito. Pero si la razón de preparar un cocktail (como el de esta receta) es compartir o celebrar un momento con personas que quiero, si no estoy buscando evadir sino disfrutar, si conozco mis límites y, sobre todo, si estoy escogiendo la mejor calidad posible, entonces sí veo un beneficio a nivel social y emocional en mí. Claramente lo “ideal o perfecto”, si tomamos en cuenta solo el aspecto nutricional, es no consumir ningún tipo de alcohol. Porque, para qué nos vamos a engañar… vamos a obtener muchos más antioxidantes de un bowl de arándanos frescos, que de una copa de vino. Pero, para mí, una vida saludable se basa en crear hábitos que me ayuden a tener un equilibrio que me funcione a largo plazo y evitar los extremos y la mentalidad del «todo o nada». Yo ya he comprobado muchas veces que auto imponerme ideas rígidas e inquebrantables no funciona para mí.
Creo que es muy importante encontrar un equilibrio entre los hábitos y rutinas que buscan potenciar al máximo la salud, y otras acciones más espontáneas y flexibles que buscan estar presente y disfrutar los momentos de relajo, sin tanta estructura o rigidez. Par mí, es una proporción 80/20. El 80% del tiempo tengo una rutina enfocada en priorizar mi salud ante todo, por medio de mi alimentación, detoxificación, deporte, manejo de stress, etc. El otro 20% del tiempo es para disfrutar, relajarme y dejar que los beneficios del 80% hagan su trabajo. Tal vez para otras personas este porcentaje es diferente o, tal vez, algunas personas no consumen ningún tipo de alcohol en ese 20% y disfrutan simplemente con una limonada (o la versión sin alcohol de este Lemon-ginger spritz, que encontrarás también aquí abajo).
En fin, creo que es importante ver estos procesos con una mente abierta, seguir tu intuición y respetar tu individualidad. Tratar siempre de ir al por qué de tus hábitos y trabajar en los aspectos de tu vida que están fuera de equilibrio.
Al menos yo, mientras más aprendo sobre estos temas, menos me atrevo a juzgar y me doy cuenta de que todo varía mucho de acuerdo a cada persona. Nadie tiene una verdad absoluta.
Y bueno, ahora sí, vamos a la receta CON y SIN alcohol de este cocktail, para que tú decidas con cuál te quedas. ¡Aquí va!
Ingredientes:
- ½ taza de hielo
- ½ taza de vino blanco (yo uso Sauvignon blanc porque no me gustan los vinos muy dulces)
- 1 ½ cda jugo de limón recién exprimido
- 1 cdta jugo de jengibre
- 6–8 gotas de stevia
- 3 rodajas de pepino
- 3 hojas de albahaca fresca
Preparación:
- Exprimir 1 limón y reservar el jugo.
- Preparar el jugo de jengibre. Si tines un extractor de jugo de prensado en frío (hurom, omega, etc.) simplemente debes pelar y procesar un trozo de jengibre, de 2 cm. aproximadamente. Si no tienes un extractor de jugo puedes rallar un trozo de jengibre y exprimir con una malla o colador fino para extraer el jugo, o simplemente procesar en una licuadora un trozo de jengibre con 2 o 3 cdas. de agua y utilizar esa mezcla.
- Agregar a una coctelera el jugo de limón, jugo de jengibre, vino blanco, hielo, pepino, albahaca y gotas de stevia. Agitar la coctelera durante 30 segundos.
- Colar y servir en una copa o vaso de cocktail.
- Opcional: agregar más rodajas de pepino y hojas de albahaca fresca al momento de servir.
VERSIÓN SIN ALCOHOL:
Simplemente reemplaza el vino blanco por ½ taza de agua filtrada o soda y sigue los mismos pasos. Quedará una limonada albahaca-jengibre deliciosa.
PrintSpritz de limón y jengibre y mi opinión sobre el alcohol
Ingredients
- ½ taza de hielo
- ½ taza de vino blanco (yo uso Sauvignon blanc porque no me gustan los vinos muy dulces)
- 1 ½ cda jugo de limón recién exprimido
- 1 cdta jugo de jengibre
- 6–8 gotas de stevia
- 3 rodajas de pepino
- 3 hojas de albahaca fresca
Instructions
- Exprimir 1 limón y reservar el jugo.
- Preparar el jugo de jengibre. Si tines un extractor de jugo de prensado en frío (hurom, omega, etc.) simplemente debes pelar y procesar un trozo de jengibre, de 2 cm. aproximadamente. Si no tienes un extractor de jugo puedes rallar un trozo de jengibre y exprimir con una malla o colador fino para extraer el jugo, o simplemente procesar en una licuadora un trozo de jengibre con 2 o 3 cdas. de agua y utilizar esa mezcla.
- Agregar a una coctelera el jugo de limón, jugo de jengibre, vino blanco, hielo, pepino, albahaca y gotas de stevia. Agitar la coctelera durante 30 segundos.
- Colar y servir en una copa o vaso de cocktail.
- Opcional: agregar más rodajas de pepino y hojas de albahaca fresca al momento de servir.
VERSIÓN SIN ALCOHOL:
Simplemente reemplaza el vino blanco por ½ taza de agua filtrada o soda y sigue los mismos pasos. Quedará una limonada albahaca-jengibre deliciosa.
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