Si ya has visto mis historias de instagram, entonces debes saber que el Matcha latte es uno de mis rituales no negociables hace ya varios años.

Una taza de matcha contiene alrededor de 1/3 de la cantidad de cafeína que contiene el café, por lo que estimula la capacidad de atención y alerta, pero sin el efecto de somnolencia o «bajón» que muchas personas experimentan con el café.

Además de eso, tiene un altísimo contenido de antioxidantes, especialmente de EGCG (galato de epigalocatequina). Según un estudio del Linus Pauling Institute de la Oregon State University (Estados Unidos), las EGCG, tendrían la capacidad de favorecer la formación de células T, fundamentales para estimular la inmunidad. (1)

Además de ser considerado un alimento antiinflamatorio, el té Matcha ayuda a promover una buena salud digestiva y prevenir el estreñimiento, tanto por su alto contenido de fibra, como por su gran concentración de taninos.

Si nunca has probado el té Matcha, mi opinión es que pasa lo mismo que cuando pruebas el sushi o el vino por primera vez. Al principio pueden parecer sabores muy diferentes y fuertes, y tu paladar empieza a acostumbrarse a medida que los consumes con mayor frecuencia, hasta que después de un tiempo se pueden convertir en tus preferidos. Al menos a mí, me ha pasado eso con los tres. Al principio los odié y ahora me fascinan. El sabor es difícil de describir. Aunque algunos dicen que tiene sabor a espinaca o a algas, a mí la verdad es que me sabe a té verde con un sabor más intenso y aquí la calidad hace toda la diferencia. Por eso, para preparar matcha latte, yo siempre recomiendo escoger un matcha de grado ceremonial, que tiene un color verde intenso y un sabor más suave que otras variedades. Aunque el matcha originalmente se toma solo con agua, yo personalmente prefiero la versión con leche o “latte” ya que suaviza el sabor y porque simplemente me fascina algo con leche y espumita en la mañana. También hay matcha de grado culinario, que es usado principalmente para cocinar, para agregar a smothies, pancakes, galletas o bolitas energéticas. En ese caso, como el té se mezcla con otros ingredientes, no afecta tanto que el sabor no sea tan puro y suave. Yo generalmente compro mi Matcha online y voy a dejar todos los links (de mis marcas favoritas de Matcha y los implementos recomendados para prepararlo) en la sección de NOTAS al final de este post.

Ingredientes:

1 cdta. té matcha de grado ceremonial
¼ taza. agua caliente
1 taza leche vegetal (leche de almendras, coco o avena quedan muy bien)
stevia organica a gusto (o endulzanta naturalque prefieras, es opcional)

Implementos recomendados:

colador fino
Hervidor de agua
Chawan: es el clásico bowl pequeño que se utiliza para preparar el té matcha.
Chasen o escobilla de bambú. Generalmente está hecho por una sola pieza de madera de bambú y es necesario para disolver el té y conseguir esa espuma que tanto queremos. Creo que este elemento es indispensable para cualquier persona que va a preparar matcha frecuentemente, pero si no lo tienes, también puedes utilizar una de esas batidoras o espumadores eléctricos pequeños.
Una olla pequeña para calentar la leche o un vaporizador (espumador) de leche, que calientan y además hace espuma.

Preparación:

Si no tienes un chawan, usa cualquier bowl pequeño de cerámica o vidrio (evita usar plástico o metal). Poner el colador sobre el chawan y agregar el té matcha encima. Tamizar el té matcha agitando el colador o raspando suavemente con una cuchara. Este paso permite que después sea muy fácil disolver el té en el agua caliente y evita que se formen grumos.
Calentar el agua. La temperadura correcta para preparar matcha es entre 75 y 80 °C. Si no tienes un termómetro, puedes hervir el agua, luego poner la cantidad que vas a utilizar en la taza donde vas a tomar tu matcha latte y dejarla enfriar levemente (así calientas la taza y la preparas para recibir el té)
Una vez que el agua esté a la temperadura correcta, viértela en el chawan, sobre el té y diluye el té con el Chasen (escobilla de bambú). Agitar intensamente haciendo movimientos de zigzag por 30 segundos, o hasta que el té se disuelva completamente y aparezcan burbujitas en la superficie.
Calentar la leche en una olla pequeña o en un vaporizador (espumador de leche). Aunque la espuma no es algo indispensable, le da un toque delicioso. Te dejé algunos links al final del post con algunos vaporizadores que te pueden servir para cualquier latte.
Transfiere el matcha desde el chawan a tu taza y luego viérte la espuma de leche caliente encima.
Puedes endulzarlo con stevia, fruto del monje (lakanto) o con el endulzante natural que prefieras. Yo personalmente prefiero esos dos porque la miel, maple syrup o azúcar de coco tienen sabores más fuertes y van a cambiar el sabor del matcha.
Te recomiendo tomarlo rápido ya que si lo dejas reposar, el té empezará a decantar y quedará depositado en el fondo de la taza. Si esto pasa, simplemente debes revolver con una cuchara.
Versión fría: También puedes preparar el matcha latte frío. Para eso, prepara el matcha de la misma forma, viértelo en un vaso, agrega un par de cubos de hielo, agrega leche fría encima y listo.

Tip:

Lava el Chasen y el chawan con agua caliente inmediatamente después de utilizarlos. No utilices jabón, basta solo con agua caliente. y no los guardes hasta que se sequen completamente. Es fácil que el chasen forme hongos si lo guardas húmedo.

Matcha latte

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Author: Milena Flores

Ingredients

1 cdta. té matcha de grado ceremonial
¼ taza. agua caliente
1 taza leche vegetal (leche de almendras, coco o avena quedan muy bien)
stevia organica a gusto (o endulzanta naturalque prefieras, es opcional)

Implementos recomendados:

colador fino
Hervidor de agua
Chawan: es el clásico bowl pequeño que se utiliza para preparar el té matcha.
Chasen o escobilla de bambú. Generalmente está hecho por una sola pieza de madera de bambú y es necesario para disolver el té y conseguir esa espuma que tanto queremos. Creo que este elemento es indispensable para cualquier persona que va a preparar matcha frecuentemente, pero si no lo tienes, también puedes utilizar una de esas batidoras o espumadores eléctricos pequeños.
Una olla pequeña para calentar la leche o un vaporizador (espumador) de leche, que calientan y además hace espuma.

Instructions

Si no tienes un chawan, usa cualquier bowl pequeño de cerámica o vidrio (evita usar plástico o metal). Poner el colador sobre el chawan y agregar el té matcha encima. Tamizar el té matcha agitando el colador o raspando suavemente con una cuchara. Este paso permite que después sea muy fácil disolver el té en el agua caliente y evita que se formen grumos.
Calentar el agua. La temperadura correcta para preparar matcha es entre 75 y 80 °C. Si no tienes un termómetro, puedes hervir el agua, luego poner la cantidad que vas a utilizar en la taza donde vas a tomar tu matcha latte y dejarla enfriar levemente (así calientas la taza y la preparas para recibir el té)
Una vez que el agua esté a la temperadura correcta, viértela en el chawan, sobre el té y diluye el té con el Chasen (escobilla de bambú). Agitar intensamente haciendo movimientos de zigzag por 30 segundos, o hasta que el té se disuelva completamente y aparezcan burbujitas en la superficie.
Calentar la leche en una olla pequeña o en un vaporizador (espumador de leche). Aunque la espuma no es algo indispensable, le da un toque delicioso. Te dejé algunos links al final del post con algunos vaporizadores que te pueden servir para cualquier latte.
Transfiere el matcha desde el chawan a tu taza y luego viérte la espuma de leche caliente encima.
Puedes endulzarlo con stevia, fruto del monje (lakanto) o con el endulzante natural que prefieras. Yo personalmente prefiero esos dos porque la miel, maple syrup o azúcar de coco tienen sabores más fuertes y van a cambiar el sabor del matcha.
Te recomiendo tomarlo rápido ya que si lo dejas reposar, el té empezará a decantar y quedará depositado en el fondo de la taza. Si esto pasa, simplemente debes revolver con una cuchara.
Versión fría: También puedes preparar el matcha latte frío. Para eso, prepara el matcha de la misma forma, viértelo en un vaso, agrega un par de cubos de hielo, agrega leche fría encima y listo.

Tip:

Lava el Chasen y el chawan con agua caliente inmediatamente después de utilizarlos. No utilices jabón, basta solo con agua caliente. y no los guardes hasta que se sequen completamente. Es fácil que el chasen forme hongos si lo guardas húmedo.